El paramo de Sumapaz fue considerado como un lugar sagrado para los aborígenes Muisca. Fue asociado con las fuerzas divinas de la creación y el origen del hombre, un dominio donde los humanos no deben entrar. Durante el siglo XVI, el aventurero y conquistador alemánNikolaus Federmann condujo una expedición cruzando el Sumpaz, buscando el mítico tesoro de El dorado. El lugar fue nombrado por los españoles "País de la Niebla" a causa de las densas nubes a nivel superficial, que generan una gran disminución en la visibilidad.
En 1783, José Celestino Mutis lidero la Expedición Botánica, con el propósito de estudiar la flora y fauna de la región. Sin embargo, el paramo no fue visitado por sus difíciles condiciones climáticas. El naturalista Alexander Von Humboldt hizo la primera descripción del paramo y de las plantas locales en 1799. El describió la presencia de valles glaciales y asocio las características de la región con aquellas observadas en la geomorfologia Alpina.
Durante los inicios del siglo XX, el naturalista español José Cuatrecasas realizo importantes investigaciones del paramo. Otros científicos que describieron y estudiaron el páramo de Sumpaz fueron Ernesto Guhl quien llevo a cabo una investigación de casi 3 décadas sobre las comunidades vegetales, y Thomas van der Hammen.